¿Qué estás buscando?
Tranquilo. Es normal lo que te está pasando, lo que ves en tu interior, y aunque te cueste… tienes que permanecer ahí.
Estás acostumbrado a tener una respuesta para todo, siempre, aquí y ahora, pero en este momento no puedes darla. Hay anhelos en tu corazón que no eres capaz de responder por ti mismo. Es aquí cuando uno se reconoce “pobre de Espíritu”, esa dimensión que el mundo quiere eliminar en ti porque es la que te hace verdaderamente libre.
Vivir en el Espíritu significa dejar atrás la identidad en el hacer o en el tener, para empezar a vivir en el ser. La Vida de Dios en ti.
No buscas algo caduco, no buscas una experiencia que te haga sentir especial, no buscas un desahogo… estás cansado de intentar valerte por ti mismo y ver que siempre llegas a lo mismo.
Tu corazón ya no se conforma, ya no puede más y solo grita, te pide cada instante que desea vivir para lo que ha sido hecho.
Buscas un Amor que no se acabe nunca, que tenga sabor a eternidad.
Y ese Amor se encarnó para salvarte y te espera ahora para que te vuelvas a encontrar con Él.
Juan 6,68: “Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Solo Tú tienes palabras de vida eterna”